CUBADISCO 2025: primera llamada


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Recién se apagan las luces de las celebraciones del día del son y ya las puertas del evento CUBADISCO se abren; y en lo que pudiera ser una continuidad de acontecimientos vinculantes que este año por vez primera tiene una “acción” anticipatoria.

 

Innegablemente desde su fundación en la segunda mitad del pasado siglo el CUBADISCO, con sus altas y bajas, sus devaneos estético culturales, sus omisiones, visión parcializada de algunos fenómenos musicales y otras virtudes; es tal vez el evento más consistente e importante de la música cubana.

 

Ciertamente ha llovido mucha música desde aquella cita fundacional. La música cubana, la industria y las formas de su consumo han cambiado; y aunque los organizadores del evento han reaccionado a tiempo a estos nuevos requerimientos esos cambios no han logrado devolver al evento esa dinámica de comunicación con el destinatario final de la música: el público.

 

Sin negar el impacto de las complejas situaciones económicas que atraviesa la sociedad cubana y a la que la cultura no es ajena; CUBADISCO ha apostado ─desde sus comienzos─ a la presencia de patrocinadores y a la asociación con entidades que permitieron, o permitan, una proyección social y económica del mismo, con mayor o menor éxito y comprensión.

 

Una revisión histórica habla de la presencia de importantes empresas cubanas que tributaban no solo al evento; sino que consideraban a la música y los músicos cubanos como parte fundamental de su estrategia de comunicación; tanto que pugnaban por ser considerados entre los principales patrocinadores del evento. El ejemplo más notable era Havana Club Internacional, que se ufanaba a nivel mundial del “maridaje entre sus diversas categorías de rones y la música cubana”. 

 

CUBADISCO tiene en la feria expositiva y comercial su plato fuerte en materia de interacción con el público. El lugar elegido a este fin es el Pabellón Cuba en el que convergen expositores y presentaciones del talento musical involucrado y al que el público acude masivamente en busca de novedades musicales o a interactuar con los músicos que allí se dan cita.

 

Sin embargo, hay un detalle en el que se debe reparar: muchos músicos cubanos de peso residentes en la capital han dejado de creer en el evento, sobre todo en lo referente a su presencia o no en la Feria expositiva y el contacto con el público cubano. La apatía por el evento la manifiestan de forma velada.

 

Algunos solo asisten para cumplir un compromiso con su casa discográfica y otros para hacer notar que aún existen, aunque su música no tenga presencia desde hace algún tiempo en la industria discográfica.

 

Aún así ciertos espacios del recinto ferial funcionan como lugar de encuentro de aquellos que deciden hacer acto de presencia, fundamentalmente aquellos que desde el interior del país viajan a presentar su trabajo ante un público y especialistas que no siempre reparan en la calidad y originalidad de sus propuestas.

 

Diz que este año CUBADISCO tiene como eje central de su propuesta el bolero como género. Entonces surge la pregunta obligada: tendremos boleros y boleristas a disposición del público asistente; se podrá acceder a esas joyas discográficas dedicadas al bolero y que fueron premiadas anteriormente en CUBADISCO; pienso en los discos de Miriam Ramos, Anais Abreu o Beatriz Márquez, por solo citar algunos que me vienen a la memoria.

 

Lo mismo que en el teatro, estas notas pueden ser un primer llamado a actores y público a estar atentos ante el comienzo de la función. 

 

Las cortinas del CUBADISCO se abren… ya les iré comentando.

 

 

 


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